🎦GILDA 🎥Gilda 📆1946 🎬Charles Vidor 🖼️Cartel de Estados Unidos 🎨Robert Coburn 🖊️Ficha y reseña

GILDA. Estados Unidos. Cartel One Sheet, reposición 1959: 69 x 104 cms. Fotografía: Robert Coburn. GILDA. Gilda. 1946. Estados Unidos. Dirección: Charles Vidor. Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady, Joseph Calleia, Steven Geray, Rosa Rey, Joseph Sawyer, Gerald Mohr, Mark Roberts, Ludwig Donath, Donald Douglas, Lionel Royce, Saul Martell.
GILDA. 
Estados Unidos. Cartel One Sheet, reposición 1959: 69 x 104 cms. 
Fotografía: Robert Coburn. 

🎦GILDA 🎥Gilda 📆1946
Estados Unidos. 
  • Dirección: Charles Vidor. 
  • Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady, Joseph Calleia, Steven Geray, Rosa Rey, Joseph Sawyer, Gerald Mohr, Mark Roberts, Ludwig Donath, Donald Douglas, Lionel Royce, Saul Martell.
  • Ficha: Producción: Columbia Pictures. Productor: Virginia Van Upp. Argumento: E. A. Ellington. Adaptación: Jo Eisinger. Guión: Marion Parsonnet. Fotografía: Rudolph Maté, en blanco y negro y pantalla 1.37:1. Música: Hugo Friedhofer. Canciones: “Put the Blame on Mame” y “Amado mio”, de Allan Roberts y Doris Fisher. Montaje: Charles Nelson. Dirección artística: Stephen Goosson, Van Nest Polglase. Duración: 110 minutos. Valoración: IMDb: 7’7; FilmAffinity: 7’8.
Sinopsis: Johnny Farrell (Glenn Ford) es un aventurero norteamericano, sin fortuna ni futuro, que acaba de llegar a Buenos Aires donde se saca unos pesos engañando a unos marineros en el puerto con unos dados trucados. Acabada la partida es rescatado de un intento de asalto por Ballin Mundson (George Macready), el dueño de un casino, que primero le ofrece un empleo en el casino y luego le acaba convirtiendo en su hombre de confianza. Ballin un día marcha de viaja y a la vuelta aparece casado con Gilda (Rita Hayworth), una hermosa mujer. Johnny queda absolutamente descolocado ya que él y Gilda en su día fueron amantes y la relación no acabó de forma pacífica, lo que le convirtió en el hombre cínico y amargado que ahora es. Ballin anda involucrado en negocios un tanto turbios, por lo que deja a Johnny el cuidado de su mujer y escapa, siendo dado por muerto…

Reseña.-El motivo por el que este melodrama pasional, con ribetes de cine negro y de película de espías, de argumento imposible, que al parecer se comenzó sin tener el guión acabado y se fue reescribiendo sobre la marcha, se ha convertido en una obra mítica y alcanza unas dosis de emoción y fascinación pocas veces vista en una pantalla es uno de esos misterios del séptimo arte que ocurrían de vez en cuando en el Hollywood clásico.
Gilda está rodada por un artesano de Hollywood, Charles Vidor (que tiene, al menos, otra película notable: Las modelos, Cover Girl, 1944, también con Rita Hayworth), recrea un Buenos Aires más bien improbable en los estudios de la Columbia y presenta unos giros en su trama un tanto rocambolescos y cogidos por los pelos, pero tiene una fuerza y un estilo que la convierten en una obra fascinante.
La clave está en el retrato que hace de tres personajes irrepetibles y en cómo dibuja las relaciones entre ellos, apenas insinuadas, pero llenas de carga dramática y sensual (la relación homosexual entre Johnny y Ballin, sutilmente sugerida, o la atracción incontenible entre Johnny y Gilda, de la que saltan chispas en cada uno de sus encuentros).
Pero, sobre todo, la fuerza de la película radica en la presencia de una Rita Hayworth esplendorosa que traspasa absolutamente la pantalla. “Nunca existió una mujer como Gilda”, rezaba la publicidad y Rita se encargó de demostrarlo. Cuando Rita canta, con la voz prestada de Anita Ellis, pero con su propio cuerpo y sus propios movimientos “Amado mio” o, sobre todo, “Put the Blame on Mame” y se quita el guante, el tiempo se detiene. La bofetada de Glenn Ford, hoy abominada en aras de la corrección política, como en su día lo fue también la película en aras de la compostura moral, es el punto culminante de una secuencia absolutamente memorable.
Una realización eficaz y llena de ritmo de Charles Vidor, una fotografía magnífica del luego director Rudolph Maté, retratando una atmósfera de luces y sombras en la que se percibe el humo y hasta el olor de los cigarrillos, algunos secundarios de lujo (como Steve Geray, en el papel del Tío Pío, el inefable camarero del Casino) y unos diálogos inolvidables (“si fuera un rancho, me llamaría Tierra de Nadie”, dice en un momento dado Gilda) convierten a la película en una de las obras capitales del cine de todos los tiempos, sobre todo en lo que concierne a su vertiente mítica y a su permanencia en el imaginario colectivo.

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Entrada actualizada en fecha 10/06/2023